Testimonio de Jennifer J.


Mi nombre es Jennifer. He nacido y crecido en un hogar ausente de un ambiente cristiano, donde la religión católica era la que predominaba, la cual mis padres me habían inculcado desde siempre. Llegué a bautizarme y tomar la primera comunión por dicha iglesia. Entonces yo no conocía absolutamente nada acerca de la verdad de Dios y el maravilloso regalo de la Salvación. Yo no era una persona practicante. Solía asistir a la iglesia católica para bautizos, comuniones, bodas, etc. Nunca llegué a preguntarme acerca de Dios, sobre ¿qué después de la muerte? Puede que en ese aspecto si que haya vivido ignorando sobre el verdadero sentido de la vida. Yo tenía 15 años, casi 16 cuando conocí a Jonatan, el hijo del pastor de la iglesia bautista calvario de valencia. El comenzó a testificarme y a hablarme de la iglesia, y me invitó para ir un día con el y conocer ese lugar. Me costó aceptar todo lo que me decía, ya que era totalmente distinto a lo que yo había sido enseñada. Me negué a ir cuando el me invitó. Me resistí poniéndole excusas para no ir. También por miedo a que iban a decir mis padres. Pero él seguía hablándome de la Palabra de Dios y de la Salvación. Me contó su testimonio personal de cómo aceptó a Cristo, así que, la segunda vez que me invitó, acepté ir. Pasé mucha vergüenza al entrar a la iglesia. Pero noté un amor que nunca antes había notado. Eso fue lo que me llamó bastante la atención; el cariño y amor de los hermanos.
Fui asistiendo regularmente, primero solo por las mañanas. Más tarde empecé a asistir los domingos completos. Poco a poco el Espíritu Santo iba haciendo la obra en mí. Un domingo vino un pastor invitado, el hermano y pastor Enoc Gutiérrez de México. Predicó esa mañana y al final del mensaje hizo una invitación de salvación. Sentí algo dentro de mí difícil de explicar. Era como un fuego que quemaba, y no se apagaba. Eso hacía que sintiera ganas de levantarme y aceptar esa invitación, pero no lo hice. Yo en ese momento no sabía que el Espíritu Santo me estaba hablando, pero yo resistía. Así estuve durante mucho tiempo, con esa sensación dentro de mí.
Pasó el tiempo cuando un domingo por la mañana, en la iglesia el hermano Omar predicó sobre el plan de salvación. Fue entonces cuando después de un tiempo volví a sentir tal angustiosa sensación, que no me dejaba en paz. Otra vez más, ante la invitación que el hermano estaba ofreciendo, volví a resistir a pesar de lo  mal que me sentía, hasta tal punto de no poder cantar el último himno después de la predicación. Por la tarde, después del culto, decidí ir en busca de la hermana Maricruz, con quien suelo hablar bastante y le conté que necesitaba hablar con ella. Me llevó a un cuarto y me preguntó que era lo que me pasaba. Allí le empecé a expresar todo lo que en mi corazón tenía y sentía. Después de un rato de charla me hizo la gran pregunta: ¿quieres aceptar a Cristo? yo no tardé en decirle que sí. En ese momento ella me dijo todos los pasos que había que hacer, y así hice. Me guió y acepté a Cristo.
Esto pasó el 01 de Febrero del 2009. Esta es la fecha de mi segundo nacimiento. Un nacimiento Espiritual. En esa fecha, por la bendita gracia de Dios, pude reconocer que Jesús había sufrido tanto por mi, hasta dar su misma vida por mi que a partir de ese momento entendí el gran sacrificio en la cruz del calvario. Fue un gran momento, lleno de emoción. Un momento único, lleno de lagrimas, pero de gozo y paz. Enseguida salimos a comunicarlo a los hermanos que quedaban en la iglesia. El siguiente domingo fue dicho por el pastor públicamente desde el pulpito. Gracias Dios por haberme dado la Salvación. Gracias por aquellas personas que oraron y oraron sin desmayar por mí. Que Dios os bendiga.
En el amor de Cristo, Jennifer J.